ELS BRUGAROL

En casa de los Brugarol - familia de la alta burguesía catalana - la hija, Anna, activista social y feminista, decide cambiarse el primer apellido por el de la madre. "No abatiremos el patriarcado hasta que no nos digamos como la madre que nos ha parido.". Para Antoni Brugarol es inconcebible que su hija ya no se diga Brugarol, uno de los apellidos con más solera de la comarca. Por ello recurrirá a todo tipo de argucias y chantajes para que Anna se eche atrás.

Ramon Madaula escribe y protagoniza una comedia familiar con grandes dosis de humor ácido e inteligente que enfrenta cara a cara las contradicciones de sus protagonistas. Dos generaciones y dos maneras de entender el mundo en una sociedad donde todos quisiéramos creernos un modelo de coherencia absoluta.

El autor ha dicho:

Un día, una de mis hijas me dice: "Papá, ¿a ti te importaría si me cambio el apellido por el de la mama?". Yo, que me
quiero creer progresista, le dije: "Claro, hija, ya eres mayor, haz lo que creas que tienes que hacer. Tienes todo el derecho". Pero dentro de mí hubo movimientos sísmicos, que no pude disimular; ¡y tanto que me importaba! Que mi hija ya no se dijera Madaula, me sabía mal. Lo siento, no puedo hacer más. ¡Qué difícil es ser coherente! A partir de esta anécdota me ocurrió la historia de la familia Brugarol.
Ramon Madaula

La directora dijo:

En una sociedad donde de hipocresía no falta, todos quisiéramos creernos un modelo de coherencia absoluta. Pero vivir es inevitablemente contradecirse y redescobrirse. Precisamente porque vivimos en sociedad, nos encontramos constantemente debiendo negociar internamente la imagen que tenemos de nosotros mismos, lo que pensamos que somos (o que nos gustaría creer que somos). ¿Cómo se gestiona esta contradicción?
Los protagonistas de Els Brugarol luchan por sus verdades, los tres convencidos de que éstas les definen. Para Antoni, esta verdad pasa por asegurar la continuidad del apellido familiar, a toda costa. Pero para ello tendrá que conseguir como sea que su yerno, Pau, un joven de ideas revolucionarias y ideológicamente en las antípodas del Antoni, le dé su apoyo.
Este es el detonante de la obra, que con un humor ácido e inteligente enfrenta cara a cara dos generaciones, dos maneras de entender el mundo, y obliga a sus personajes a replantearse todo lo que daban por hecho sobre si mismos. ¿Es el nombre - o en este caso el apellido - el que hace la cosa? ¿Se puede cambiar el sistema desde dentro? ¿Hasta qué punto podemos decir que sabemos realmente quiénes somos? Quizá es que, en el fondo, la felicidad se encuentra en aceptar la contradicción que habita en esta brecha entre quienes pensamos que somos y lo que realmente hacemos; y en disfrutar de la ambivalencia de vivir.
Mónica Bofill