Boletín
No hay un buen motivo para hablar de la muerte. Ojalá no tuviéramos que hablarlo nunca. Habría algo de digno, incluso de admirable, al negarse a hablar; al olvidar para siempre jamás las preguntas insoportables: ¿Por qué morimos? ¿Por qué nos tenemos que morir?
Un chico de dieciséis años atraviesa la ciudad por la noche para ir al hospital a despedirse de su padre. ¿Por qué? ¿Por qué volver a explicar esta historia? Si ya sabemos cómo acaba. No hay un buen motivo para hablar de la muerte y, aun así, hablarlo es inevitable. A lo largo del proceso de creación de esta obra lo hemos hablado muchísimo, durante horas y horas.
Hemos hablado de nuestros muertos, de aquellos que nos acompañan y nos acompañarán siempre aunque a veces no lo pensemos bastante, no podamos pensarlo bastante. También hemos hablado con hijos que han perdido a sus padres, con compañeras que han perdido a sus compañeros. Ellas y ellos nos han explicado sus recuerdos más preciados: El último viaje a Londres, aquella canción que siempre cantaba y que no he podido volver a escuchar, el pacto secreto que sellamos al último momento...
A ellas y a ellos, muchas gracias. No hay un buen motivo para hablar de la muerte pero, al mismo tiempo, ¿qué sentido tiene que hablemos tan poco? ¿Qué absurdo mecanismo evolutivo nos lleva a querer negarla? ¿A esconderla de los ojos de los más jóvenes, a comportarnos como si no estuviera, como si no nos acompañara siempre allá donde vayamos?
Seguramente no hay un buen motivo para hablar de la muerte y, aun así, nosotros hemos necesitado volver a hacerlo. Para volver a enfrentarnos a unas fuerzas que no entendemos, para afirmar una vez más que queremos a personas que ya no están, para honorar la oscuridad y celebrar la luz, para recordarnos que a pesar de todo estamos aquí.
Dirección: Glòria Balañà
Dramaturgia: Joan Yago
Ayudante de dirección: Georgina Surià
Intérprete: Nil Cardoner
Músicos: Víctor Hugo Ballesteros, Marco Tulio Palacio, Juan Carlos Riaño
Espacio escénico: Ona Grau
Vestuario: Adriana Parra
Iluminación: Sylvia Kuchinow
Sonido: Àlex Polls
Vídeo: Alfonso Ferri
Una producción de Teatre Lliure y Tres per 3
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